Tras lo que fue una nueva derrota en este caso en el día de ayer en Avellaneda ante independiente por 2-0, los números para el verdinegro empiezan a apretar cada vez más.
Queda mucho por delante, las tres jornadas de este torneo y las 16 del próximo, pero está obligado a ganar prácticamente 10 de esos 19 encuentros para no pensar en el descenso.
En los números fríos da miedo esto que necesita, pero quizás lo peor sea el momento futbolístico del equipo, que asusta aún más.
Partido tras partido deja en evidencia demasiadas carencias, demasiada diferencia sobre todo en lo físico que hacen pensar que sino cambian buena parte de los jugadores, y no hablamos solo de nombres, sino cambiar en cuanto a su parte física, será imposible que algún dt pueda revertir la situación.
Lo próximo será ni más ni menos que el clásico ante Godoy Cruz en domingo en el Hilario Sánchez, partido que puede llegar a «salvar» el semestre por así decirlo, o al menos darle ese aire e impulso que necesita el equipo de Leandro Romagnoli.
