Reflexión, silencio y alegría: el sentido profundo de la Semana Santa

Durante estos días, la comunidad cristiana conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús. La liturgia propone un camino de reflexión que culmina con la Pascua, celebración central del calendario litúrgico.

¿Qué es la Semana Santa?

La Semana Santa constituye para la Iglesia el centro y culmen del año litúrgico. A través de las diversas celebraciones que tienen lugar durante esta semana, la comunidad cristiana conmemora el misterio central de su fe: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

El tiempo de preparación: la Cuaresma

Este tiempo fuerte comienza con la Cuaresma, un período de cuarenta días iniciado el Miércoles de Ceniza, que invita a los fieles a preparar el corazón con oración, ayuno y conversión.

Domingo de Ramos: la entrada triunfal de Jesús

La Semana Santa inicia con el Domingo de Ramos, cuando se recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. En cada misa se bendicen los ramos, signo de alegría y esperanza, y se realiza la tradicional procesión o entrada solemne.

Misa Crismal: unidad y consagración

Entre las celebraciones significativas se encuentra la Misa Crismal, que en la Arquidiócesis de San Juan se realiza el Miércoles Santo por la tarde. En ella, el obispo bendice el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos, y consagra el Santo Crisma, empleado en los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y el Orden Sagrado. La misa reúne al obispo con todo el presbiterio, quienes renuevan públicamente sus promesas sacerdotales.

Triduo Pascual: el corazón de la Semana Santa

El Triduo Pascual abarca tres días intensos de celebración: Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo, culminando con la Pascua. Es el centro de la vida litúrgica cristiana.

Jueves Santo: la Eucaristía y el servicio

El Jueves Santo por la tarde se celebra la Misa de la Cena del Señor. Se conmemora la institución de la Eucaristía y se realiza el lavatorio de los pies, signo de servicio y entrega. La ceremonia concluye con el traslado del Santísimo Sacramento al monumento, donde permanece para la adoración. Esa noche, muchas personas realizan la visita a los siete templos.

Viernes Santo: pasión y cruz

El Viernes Santo es día de silencio, recogimiento, ayuno y abstinencia. Se conmemora la Pasión y Muerte del Señor con una liturgia sobria: no hay misa, pero se realiza la adoración de la cruz y el rezo del Vía Crucis, muchas veces viviente. También se recuerda la soledad de María al pie de la cruz.

Sábado Santo: silencio y espera

Durante el Sábado Santo, la Iglesia guarda silencio junto al sepulcro, en espera de la resurrección. No se celebra Eucaristía y el altar permanece desnudo hasta la Vigilia Pascual por la noche.

Vigilia Pascual: la noche más santa del año

La Vigilia Pascual es la celebración más solemne del calendario cristiano. Incluye la bendición del fuego, el encendido del cirio pascual, el pregón pascual, la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales. Es la celebración de la vida nueva en Cristo.

Domingo de Pascua: la Resurrección del Señor

El Domingo de Pascua celebra con gozo la Resurrección de Jesucristo, el triunfo de la vida sobre la muerte. Esta alegría pascual se extiende durante ocho días, en lo que se conoce como la Octava de Pascua.

Un tiempo para renovar la fé

La Semana Santa invita a los fieles a renovar su fe, vivir con mayor profundidad el mensaje del Evangelio y abrir el corazón a la esperanza que brota del misterio pascual.

Lauro Domínguez – Seminarista de la Arquidiócesis de San Juan

Se desempeñó durante cuatro años como religioso franciscano (2016–2020) y actualmente es seminarista de la Arquidiócesis de San Juan. Se encuentra en el cuarto año de su formación sacerdotal, en la etapa disipular, y cursa el cuarto año del profesorado de Filosofía.

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